lunes, 7 de septiembre de 2015

LA REVOLUCION EDUCATIVA SE LOGRA CAMBIANDO EL MODELO

Para resolver una determinada situación lo primero es plantear adecuadamente el problema, saber lo que está aconteciendo y que lo está produciendo, para entonces entender como se debe resolver. Todos sabemos que tenemos problemas serios con la educación, lo que estoy tratando es de poner sobre el debate donde está el problema. Desde mi punto de vista está en el modelo educativo, porque forma individuos incompetentes para producir pensamiento crítico, que sean capaces de asimilar y procesar información, para ser agente de cambios en la sociedad.
Dice Alvin Toffler, un reputado intelectual norteamericano que: “La escuela del siglo XXI se está centrando principalmente en la inteligencia intelectual, la inteligencia de la memorización, de la acumulación de fechas y datos. Y esto es un gran error. Cuanto más descompensada esté la escuela en cuanto a inteligencia y a emociones, más difícil será formar a personas empáticas, resilientes y con un autoconcepto válido de sí mismos. Cambiando los datos por las emociones, cambiando los conceptos por la empatía es como se logrará tener alumnos que sean capaces de confiar en sí mismos, que sean capaces de tomar decisiones que serán clave para su futuro”.
Para resolver la situación planteada se debe de realizar un cambio en el modelo educativo, que alinee al individuo a las necesidades del mundo de hoy, que lo haga ser sujeto de los procesos y no en objeto de los mismos. Los tiempos actuales demandan un ser humano que sea capaz de pensar, que lo ayude a tomar decisiones correctas. El modelo de formación actual no produce este tipo de personas, porque está basado en el aprendizaje de datos, en la memorización de conocimientos que otros han producidos, y no en un razonamiento lógico que le permita discernir en lo que es correcto o es incorrecto.
Este cambio del modelo educativo, implica realizar una transformación curricular, cambios en los programas de estudios, en las actividades académicas, en el sistema de evaluación, los contenidos, y sobre todo en la metodología de la enseñanza. El modelo actual estimula a que el docente asuma un protagonismo exagerado, donde el alumno es el receptor del conocimiento y no en actor del mismo. Por esta razón no puede producir pensamiento crítico, no lo hace ser reflexivo y analítico.
La capacidad de pensar le da la habilidad de ayudar a resolver problemas de una mejor manera, lo ayuda a clasificar la información en viable y no viable, lo induce a investigar a cerca de temas de interés, no lo hace ser pasivo, sino activo de su propia vida. Cuando se desarrollan este tipo de habilidades, también florecen muchas otras capacidades del cerebro como la creatividad, la intuición, la razón y la lógica.
El cambio en la formación implica cambio en la didáctica del profesor, esta no debe ser medida por la cantidad de conocimientos que adquiere el alumno, sino en su capacidad de enseñar a pensar y a juzgar a cada uno de sus alumnos. El modelo actual mide el conocimiento a través de los exámenes, donde se le hace al alumno un sinnúmero de preguntas, y dependiendo de la cantidad de contesta correcta, mide su nivel de conocimiento. Esto lo que hace es inducir a la memorización del conocimiento, y no a la resolución de situaciones a través del conocimiento. Propugno por un modelo que haga énfasis en la recreación de situaciones que ponga al alumno a tomar la decisión correcta, mediante el análisis y el pensamiento crítico. En otras palabras, promover más los estudios de casos que haga al alumno a enfrentarse a sí mismo, a sacar lo mejor de sí, y que lo obligue a pensar. El modelo actual hace lo contrario, lo obliga a memorizar y no a pensar.