Palabras del Ing. Yamel Valera, Director UNEV, Recinto
Santiago.
Hace 29 años, un grupo de hombres de Dios, preocupados por la
sociedad dominicana, tuvieron la iniciativa de crear una institución de
educación superior que estuviera al alcance de todos. Cuyo distintivo esencial
fuera su compromiso con el Señor y consecuentemente con el desarrollo de una
educación de calidad.
Desde entonces, día y noche nos hemos esforzado por honrar
nuestro slogan: “La Excelencia Académica al Alcance de Todos”. Siendo un hecho sin precedente para la
Universidad Nacional Evangélica, la
entrega de este conjunto de obras, que vienen a robustecer nuestra
infraestructura, satisfaciendo con ello la necesidad de espacios y servicios,
generada por la creciente demanda de nuestra población estudiantil.
Damos gracias al Señor por el sentir que ha puesto en
nuestros corazones para revelarnos sus propósitos, dándonos la dirección, la
sabiduría y las decisiones correctas que han posibilitado materializar estas
importantes obras, que al adicionar las ya existentes, podemos presentar el
nuevo recinto universitario de la Universidad Nacional Evangélica en Santiago.
La visión puesta por el Señor, a nuestro Rector Lic. Salustiano Mojica, ha sido
determinante en lo que hoy podemos exhibir. Su trabajo tesonero, sus efectivas
orientaciones y sobre todo su alta dependencia del Dios Altísimo, han dado como
resultados una nueva universidad, comprometida con su misión, visión, y valores,
en la formación de un nuevo hombre y una nueva mujer, bajo los principios
cristianos, para que sean capaces de ser un ente transformador en la sociedad.
Cada obra inaugurada hoy, ha sido realizada con excelencia,
porque el Señor nos inspira hacer todo para El, como bien dice su palabra, en
Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor
y no para los hombres”. Es motivo de júbilo y de gran gozo para la familia uneviana, damos gracias por todo lo que Él ha hecho, y
seguirá haciendo. Solo debemos de seguir alineando nuestros corazones y
nuestras mentes a sus designios, escuchar sus palabras, y seguir caminando en
la senda del AMOR de CRISTO.
Esta celebración es la consumación de grandes esfuerzos,
donde cada actor ha jugado un papel relevante; el personal administrativo, el
cuerpo docente y los estudiantes, son los grandes forjadores de esta majestuosa
obra. El conjunto de ellas es el resultado del sacrificio, esfuerzo y motivación de todos. Labor que ha
servido de inspiración para que hoy
podamos decir: “Ebenezer, hasta aquí nos ayudó Jehová”. Y confiar, que si nos
ha guiado hasta este momento, no cabe duda, de que Él continuará bendiciéndonos.
Es bueno recordar que: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que edifican…”
(Salmos 127:1a).
Por tanto, esta obra, evidencia el respaldo que el Señor nos
ha dado.
¡Todo Honor y Toda Gloria es para Ti Señor!
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